Confesión I
Después de tantas cosas leídas, de tantas películas vistas, de tanta comida degustada, de tantas bebidas ingeridas, de tantas conversaciones mantenidas, de tantas aventuras (políticas y de las otras) vividas, de tantas calles pisadas, de tanto borlote organizado, de tanta piedra admirada, de tantísimas canciones escuchadas, de tantas imágenes disfrutadas y de tantas pieles acariciadas. Después de todo eso, y tras sesudas reflexiones, llego a la conclusión de que a lo único que he logrado es sofisticar mi naquez.
Y estoy encantado con eso.